MARZO / MAYO 2017
Felipe Ortega Regalado nos presenta un proyecto compuesto por veinticuatro obras, pleno de formas vegetales, de pétalos, frutos y semillas, en el que su pintura escapa de modas y corrientes. Para él la pintura está en el modo de ver y de transmitir, así de sencillo y simple, el placer de pintar va unido al placer de observar y así su obra crece con armonía y ritmo, construyendo un paisaje propio con tintes oníricos, rico en detalles, plagado de plantas imaginarias y una gama cromática que recorre los colores más puros, los intensos azules, rojos y amarillos se mezclan con líneas y fondos neutros en un proceso de construcción a partir no de lo que ve sino de lo que se imagina.