JUNIO / JULIO
El punto de partida de esta exposición es un cuaderno de viaje, que recopila
una serie de imágenes tomadas en un entorno desconocido para mí, donde la
naturaleza está muy presente. Casi todo lo que me rodea es vegetación,
paisajes a veces silvestres, a veces intervenidos.
Las pocas escenas urbanas que hay en la colección quedan, de una manera u
otra, solapadas por los elementos naturales.
En este entorno soy consciente de la importancia del paisaje, de la naturaleza
y de la necesidad de representarlos, de pasear por él intentando entenderlo y
aprehender sus cualidades pictóricas. Como pintora no todas las escenas son
igual de atractivas; por poner un ejemplo, vivo en la costa y aunque el mar sea
un referente en mi cotidianidad, hasta ahora no aparece en mi trabajo. Quién
sabe, quizá es sólo cuestión de aprender a mirarlo.
Vuelvo al estudio y, con esas nuevas imágenes como referencia, me
comprometo a mantener la curiosidad y la sorpresa de quien ve algo por
primera vez al percibir su entorno. Hago el ejercicio de encontrar la
singularidad, de transitar la mirada por lo ya conocido y visto, pero con “ojos
nuevos”. Para mi sorpresa, con este “nuevo mirar” se revelan paisajes que no
había advertido y se abre un nuevo discurso pictórico que comienza con esta
exposición.
No es la primera vez que el paisaje y la naturaleza aparecen en mi obra. A las
escenas urbanas, que denomino “paisajes humanos”, les acompaña otra línea
de trabajo, la de los bodegones florales a los que título “paisajes” y en los que
encuentro una capacidad expresiva diferente y mayor libertad representativa.
Así, el fruto de algo que ya venía incubándose es lo que se muestra en esta
exposición titulada “Lugar”: un término que hace referencia al sitio que ayuda
a ubicarse, al espacio que se ocupa, así como al momento en el que ocurre
algo, obedeciendo a esa necesidad de captar y apreciar el instante, que
constituye una constante en mi trabajo.
Laura Nieto