JUNIO – SEPTIEMBRE
Cada una de las obras de Massó tiene la oportunidad justa de convertirse en algo imprevisible antes de ser definida, por la inclusión del azar en su proceso creativo, en una estrategia deliberada para explorar nuevas dimensiones de la expresión artística que conlleva a que cada observador puede descubrir diferentes significados y emociones en la misma obra.
Con el tiempo su arte ha evolucionado hacia una figuración más conceptual, donde el estudio de la luz y su interacción con las superficies se ha convertido en un elemento central. Esta evolución es evidente en las obras más recientes que nos presenta, donde la luz no solo ilumina, sino que también transforma y redefine las formas y figuras. Aquí, Massó no solo muestra su maestría técnica, sino también una profunda reflexión sobre la percepción y la representación. Esa luz, en sus cuadros, se convierte en un protagonista silencioso que guía al espectador a través de un viaje visual y emocional.
En la serie Laser, la luz es también herramienta pictórica. Gracias a una beca de la ciudad de Múnich, la artista experimentó con la tecnología láser en un taller de alta tecnología, y desarrolló una metodología para aunar sus áreas de trabajo actuales (pintura, fotografía y módulos Pangea) en una serie.
Sus módulos geométricos surgen de la conexión entre espacio y tiempo. Hace referencia al continente primigenio Pangea de hace 300-150 millones de años, a su expansión de 138 millones km² y a la posterior formación de los paisajes actuales. Estos módulos Pangea unen el pasado con el futuro, lo primitivo con ciencia-ficción, movimiento y estática, peso y ligereza, lo reconocible y lo desconocido.
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