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REDUCCIONISMO, BELLEZA Y ESPIRITUALIDAD.
(La distancia más corta entre dos puntos es la mirada)
Mi pintura es reduccionista. Trabajo con solo tres elementos: fondo (vacío), figura y composición. Ni siquiera tiene tema o significado concreto, es de lectura abierta. Y estos tres elementos están al servicio de la Belleza y la Espiritualidad exclusivamente.
¿Por qué reduccionista?
En la novela Crimen y Castigo, por ejemplo, Dostoievski nos cuenta todo lo que sucede dentro y fuera del personaje y de la acción, de manera que el lector sólo puede disfrutar pasivamente de la historia. En cambio, en un haiku japonés, con unas cuantas palabras el poeta crea un universo donde es el espectador quien las tiene que unir, convirtiéndose de manera activa en coautor de la obra. Es por esto que mi obra tiene la intención de ser como un haiku. Del mismo modo, para mí, un artista es el sujeto que cocina un plato, pero es el espectador quien debe comérselo y hacer la digestión por sí mismo; es la única manera de que el arte nos alimente realmente.
¿Por qué la belleza?
Las leyes que rigen la Belleza se descubren, no se inventan. La Proporción Áurea, que existe en la naturaleza, es una proporción perfecta y misteriosa porque participa de todo lo creado, es algo parecido a una marca Divina. Cuando los griegos la estudiaron la tomaron como el canon de la Belleza perfecta. Es una ley porque es de aplicación universal, y la vemos bella porque nosotros participamos de y en ella. Kepler llamó a este número la Divina Proporción, debido que en él se encerraba la belleza que Dios ha dado a las cosas.
¿Por qué espiritualidad?
Espiritualidad, pero en el sentido más primitivo del concepto. Una de las primeras manifestaciones religiosas tiene que ver con el arte y lo mágico. El hombre de Cromañón representaba en las cuevas todo lo que deseaba que le fuera dado por las deidades. Yo puedo decir que mis cuadros son plegarias y, al igual que el hombre de las cavernas, pinto lo que deseo poseer. Ellos pintaban sus anhelos, yo represento el mío, que es un mundo ideal, sereno, donde se habla de la Belleza como sinónimo del Bien Absoluto.
