Sandra Carvalho, Sevilla 1974, nos señala el camino próspero que se oculta en el presente.

La artista portuguesa y residente en Sevilla, Sandra Carvalho, ocupa con su segunda exposición individual el espacio de la Galería, con un total de diecinueve acuarelas realizadas sobre papeles antiguos y papel de arroz, junto a una carpeta con una selección de obra gráfica en la que se encuentran gofrados, litografías, xilografías y aguafuertes.

Sandra Carvalho nos transmite su amor y admiración por la naturaleza tomando como referencia aquello que considera fascinante y hermoso dentro del ciclo de vida de las plantas, desde el nacimiento y la floración a la inevitable descomposición, y en cada obra la elección y la búsqueda de los papeles utilizados complementan la delicadeza y el acabado de su trabajo en el que nos invita a recuperar y a fijarnos en los pequeños detalles, a descubrir un mundo intimista y vegetal cercano que a veces se nos escapa.

Cada pieza esconde y revela su propio atributo, como lo hace la misma luz sobre todas y cada una de las cosas de este mundo. Cada pieza está parida desde la más sincera apertura sensible y contemplativa. Sandra nos señala, sí, y nos recuerda la fugacidad del permanente cambio, siempre bello e inclusivo; pues luz y sombra son inseparables en una vida que se despliega fácil, con el único propósito fiable de Ser lo que se Es.

Felipe Ortega-Regalado

“FÁCIL”

Platón estaría muy interesado en esta muestra que Sandra Carvalho nos regala. Y sería muy interesante que los dos, Platón y Sandra, tuvieran una conversación sobre lo que es y no es realidad, y de cómo esta se nos transfigura a medida de ir adquiriendo conocimiento y consciencia. Me imagino a Platón hablando sin parar y a Sandra callada, atenta. Me imagino a Platón argumentando y teorizando sobre lo que ve, y haciendo apología sobre la poética de la sombra y su mito de la caverna, y mientras tanto, Sandra callada, silenciada y atenta, coge un pincel y circunda la silueta del mismo Platón, que ahora observa perplejo y atónito su propia esencia insondable.

Sandra Carvalho, Sevilla 1974, nos señala el camino próspero que se oculta en el presente.

Cada pieza esconde y revela su propio atributo, como lo hace la misma luz sobre todas y cada una de las cosas de este mundo. Cada pieza está parida desde la más sincera apertura sensible y contemplativa. Sandra nos señala, sí, y nos recuerda la fugacidad del permanente cambio, siempre bello e inclusivo; pues luz y sombra son inseparables en una vida que se despliega fácil, con el único propósito fiable de Ser lo que se Es.

Felipe Ortega-Regalado