LA DUDA DEL VIAJERO
En todo viaje como momento de acción se crea una incertidumbre ante los hechos que están por llegar, igual que en el proceso de realización de una obra un creador se encuentra envuelto en una duda permanente. Durante este periodo de tiempo, el artista debe contestar y enfrentarse a diferentes preguntas y caminos que van surgiendo a su alrededor. Se tiene una idea clara de la obra, pero no de su aspecto definitivo. Por esta razón la búsqueda de soluciones formales es constante y exige un enorme esfuerzo cognitivo y mental.
Esta indeterminación del ánimo es la que hace crecer al autor y estimularle para nuevos proyectos. Es peligroso caer en la monotonía y el conformismo, bien sea por el agotamiento de ideas o, aunque parezca contradictorio, por la embriaguez del éxito. Se deben plantear siempre nuevas preguntas, propuestas que te lleven a la duda y te hagan pensar, sin acomodarte a lo ya hecho. El proceso creativo no es, ni mucho menos, lineal, hay muchos fracasos. Errores que te llevan a rectificaciones y a cambios en tu forma de trabajar para seguir creciendo en tu trayectoria personal. Como dice Alfredo Muñoz, psicólogo social de la Universidad Complutense de Madrid: << no se debe perder la capacidad de jugar>>.
Fernando Suárez Reguera