En su pintura Laura Nieto nos introduce en escenas de la vida cotidiana, reivindicando y compartiendo el derecho a la contemplación, a detenerse y poner el foco en los pequeños encuentros sociales, experiencias estéticas de tempo lento que hacen trinchera frente al ritmo desenfrenado y caótico de la postmodernidad.
Con este objetivo despliega su arte en grandes lienzos en los que destaca el mimo por los detalles sin caer en la tentación del hiperrealismo, pero consiguiendo que esas escenas intimistas sean del todo asimilables por el espectador como reales, invitándonos a sumergirnos en cada uno de estos encuentros y a apropiarnos de ellos. Es en ese instante en el que el espectador toma el relevo de la artista y completa frente al lienzo su propuesta, tornándolo en algo único e intrínsecamente personal.