ENERO / MARZO
Mirar, entender y actuar. Tres claves en la referencia pictórica. La necesidad de tener una mirada, de observar el modelo, de reflexionar (boceto) sobre la idea y allanar el camino para que la obra llegue a su destino en el desarrollo final de la misma: es repetida y conocida mi atención al dibujo. Me interesa el dibujo como estructura para el trabajo último, por eso le dedico atención y trabajo sobre ello.
Muestro distintos modelos sobre aquello, que, a lo largo de mi trabajo, me ha interesado primordialmente; modelos que pueden llegar a un formato de pintura en una fase posterior, modelos que se quedan en el ejercicio sobre papel, modelos que forman parte de un conjunto historiado, y repetido.
En este relato estoy en el punto medio, en el desarrollo del modelo del modelo, por decirlo de alguna manera, es el punto de partida sobre la idea inicial, el boceto, “(pre-boceto)”, y en el siguiente(s) paso para el desarrollo sobre papel, el ejercicio del dibujo, la acuarela, el camino para llegar a una obra, a un final posible, a ese camino entre la pintura y la idea.
Diría que es una vuelta de tuerca, un “pleonasmo” sobre la suerte del trabajo, volver a la idea, al principio, sin abandonar el desarrollo último: me interesa mucho la insistencia, el marco, la existencia de un margen para la duda, las preguntas y respuestas, los distintos caminos, y el intento de acertar con un resultado último.
El hecho de trabajar con materiales “ligeros”, con la mancha de carbón, el lápiz, la tinta, el pastel, aguadas, acuarela, me permite obtener una imagen de ligereza, alejada de la densidad de lo que entendemos “densidad de la pintura”, y así, ver, entender, la luz, consecuencia para el volumen, manejada a través del contraste “claroscuro”, hecho, este, que permite llegar a un resultado, en el fondo, una invitación a pintar.
MQM